En el rincón del olvido
Estas palabras no les resultarán distantes puesto que se escriben cada día por todos aquellos que llegada a esa edad en que por los surcos de la piel viaja el escepticismo y la decepción, se ven obligados a convivir con la soledad, con el desahucio institucional y el desamparo social.
Aseguraba Diógenes Laercio, autor clásico, que la vejez es el puerto de todos los males. La senectud, considerada en otros tiempos esa etapa de la vida en la que una vez inmerso, se era merecedor de mayor respeto y consideración, donde los ancianos eran venerados pues atesoran el conocimiento de la experiencia, es ahora en muchos casos la antesala a la más absoluta de las indiferencias.
Son demasiados los que viven sumidos en la indigencia moral que supone tener conciencia de resultar una pesada carga. Un lastre. Esa pieza que no termina de encajar y queda apartada, aguardando paciente su momento.
Tras una existencia de lucha y entrega se han de enfrentar, inermes, a los fantasmas del pasado. En ese juicio sumario que al que a menudo nos sometemos nosotros mismos, siendo jueces y partes, repasan lo que fue. Intentando dar respuesta a sus dudas, a los errores, a sus miedos...
La melancolía se acentúa con el recuerdo de los que ya no están porque han enterrado a muchos y la muerte ha ido barnizando de silencio y vacío sus vidas.
Abra los ojos para encontrar el reflejo real de estas palabras muy cerca de usted. Sentados en un banco. Con la serenidad que sólo otorgan los años, conversan con cualquier desconocido. Sin prisa. En su voz se aprecian las cicatrices de una pugna desigual con el tiempo y la enfermedad. Se sienten vivos al rememorar otras épocas porque cuando nos perdemos en el presente nos hayamos en el pasado, en el recuerdo.
Observe con atención a esa mujer que con manos temblorosas, sujeta al pasamanos, intenta con dificultad subir la escalera y se detiene fatigada en el quinto peldaño. Respirando con la mirada alta se pregunta donde ha quedado su juventud. Por que los años le han arrebatado su energía y a cambio ha recibido un legado de sueños rotos. ¿Dónde están ahora aquellos que deben sus primaveras al sacrificio de esta?.
Descubra al hombre que camina solitario. Viudo de ilusiones. Murmurando ininteligibles palabras. Arrastrando los años mientras recuerda aquellos tiempos difíciles en los que no permitió que jugasen con el pan de sus hijos. Los mismos que hoy, olvidando sus desvelos, le pagan con la moneda de la ingratitud.
Es en estos casos cuando, por momentos, dejo de creer en la condición humana y se apoderan de mi el desengaño y la indignación de saber que parte de nuestra historia reciente morirá en sus memorias. Sepultada por el polvo de la negligencia.
Aunemos esfuerzos para no negarles el protagonismo que merecen porque ellos no quieren sentir la conmiseración institucional, es una deuda de la que son acreedores.
Por mi parte, estas letras representan un pequeño homenaje y ponen de manifiesto lo que en no pocas ocasiones he considerado y jamás he dicho. Confío con ellas despertar la conciencia de quienes permanecen impasibles pudiendo actuar porque llegada la edad provecta, el abandono no es ley de vida.
Ahora, el resto también depende de usted. No les otorguemos como reconocimiento a una vida de renuncia, dedicación, de esfuerzos denodados y abnegación.... un asiento en el rincón del olvido.
Aseguraba Diógenes Laercio, autor clásico, que la vejez es el puerto de todos los males. La senectud, considerada en otros tiempos esa etapa de la vida en la que una vez inmerso, se era merecedor de mayor respeto y consideración, donde los ancianos eran venerados pues atesoran el conocimiento de la experiencia, es ahora en muchos casos la antesala a la más absoluta de las indiferencias.
Son demasiados los que viven sumidos en la indigencia moral que supone tener conciencia de resultar una pesada carga. Un lastre. Esa pieza que no termina de encajar y queda apartada, aguardando paciente su momento.
Tras una existencia de lucha y entrega se han de enfrentar, inermes, a los fantasmas del pasado. En ese juicio sumario que al que a menudo nos sometemos nosotros mismos, siendo jueces y partes, repasan lo que fue. Intentando dar respuesta a sus dudas, a los errores, a sus miedos...
La melancolía se acentúa con el recuerdo de los que ya no están porque han enterrado a muchos y la muerte ha ido barnizando de silencio y vacío sus vidas.
Abra los ojos para encontrar el reflejo real de estas palabras muy cerca de usted. Sentados en un banco. Con la serenidad que sólo otorgan los años, conversan con cualquier desconocido. Sin prisa. En su voz se aprecian las cicatrices de una pugna desigual con el tiempo y la enfermedad. Se sienten vivos al rememorar otras épocas porque cuando nos perdemos en el presente nos hayamos en el pasado, en el recuerdo.
Observe con atención a esa mujer que con manos temblorosas, sujeta al pasamanos, intenta con dificultad subir la escalera y se detiene fatigada en el quinto peldaño. Respirando con la mirada alta se pregunta donde ha quedado su juventud. Por que los años le han arrebatado su energía y a cambio ha recibido un legado de sueños rotos. ¿Dónde están ahora aquellos que deben sus primaveras al sacrificio de esta?.
Descubra al hombre que camina solitario. Viudo de ilusiones. Murmurando ininteligibles palabras. Arrastrando los años mientras recuerda aquellos tiempos difíciles en los que no permitió que jugasen con el pan de sus hijos. Los mismos que hoy, olvidando sus desvelos, le pagan con la moneda de la ingratitud.
Es en estos casos cuando, por momentos, dejo de creer en la condición humana y se apoderan de mi el desengaño y la indignación de saber que parte de nuestra historia reciente morirá en sus memorias. Sepultada por el polvo de la negligencia.
Aunemos esfuerzos para no negarles el protagonismo que merecen porque ellos no quieren sentir la conmiseración institucional, es una deuda de la que son acreedores.
Por mi parte, estas letras representan un pequeño homenaje y ponen de manifiesto lo que en no pocas ocasiones he considerado y jamás he dicho. Confío con ellas despertar la conciencia de quienes permanecen impasibles pudiendo actuar porque llegada la edad provecta, el abandono no es ley de vida.
Ahora, el resto también depende de usted. No les otorguemos como reconocimiento a una vida de renuncia, dedicación, de esfuerzos denodados y abnegación.... un asiento en el rincón del olvido.
posted by ALBERTO230 @ 2:30 PM
5 Comments:
jose antonio
Saludos desde galicia sur
En una matanza estremeña quedamos en ver a nuestra amiga en comun de usted y ..mia ..que me recomendo la lectura de este blog ,yo ,por complacerla ya siendo ella una persona entrañable ,entre sin mas pretensiones que pasar un rato .jubilado ya desde mas de una decada de maestro de escuela .quede gratamente sorprendido de leer sus versos
sustituto de" Quevedo "queda usted señor mio ,agradezca a su amiga el interes que pone en que este blog no se pierda en esta maraña que es internet
mellado_1942@yahoo.es
Le agradezco sus palabras y la dedicación para leer estas letras que componen el blog.
A partir de ahora puede considerarse un invitado más el esta página.
Sea bienvenido.
Dicen que los recuerdos y el sentir,son los materiales con los que esta construida el alma ,
yo ,...perdi en un accidente parte de esos recuerdos ,y eso,hace que ahora me sienta como una torre destruida cuyos escombros me impiden caminar segura .
Me busco ,perdida en el vacio de mi memoria ,pero solo encuentro candados donde deberia encontrar puertas y luz.
solo acierto a inclinar la frente cargada de pensamientos desprovistos de respuestas ...
¿porque dicen los medicos que el alma no existe y no duele?..
pues a mi me parte ,no recordar todas esas flores secas en libros ,o las fotos amarillentas ,testimonios mudos de felicidades pasadas ,y esas cartas ,que se escribieron con lagrimas ,cartas que hoy me hieren el sentimiento me provocan una emocion que huye alejando el recuerdo .cartas que brotan del sentir y son como latidos mios escondidos ,salpicando libertad de una latencia .
Navego entre las brumas de esas lagunas que tupieron mi tiempo ,donde solo soy una sombra perdida dentro de mi espacio.
Hay cosas que solo se pueden ver en tinieblas ,que surgen de mi silencio ,un silencio a gritos que aun no puedo callar con palabras.
quiero conectar con mi pasado en esa fusion especial entre alma ,mente ,y recuerdo ,pero no puedo.
! no puedo!..
solo me queda esperar aqui sentada al borde de mi vida ,con las piernas colgando sobre la nada ,contemplando todos esos trenes que pasan de largo cargados de recuerdos que no paran en mi estacion .
DIOS.....
Dicen que aqui escriba ,dicen que ponga aqui mi sentir ....
!sentir!....
¿que se puede sentir cuando no hay recuerdos ?
Hace tiempo una amiga entró por primera vez a esta página.
Paseó su mirada por estas letras y se sintió atraida por este mismo artículo en el que ahora te has detenido para realizar tu comentario.
Lo mas extraordinario no es que ambas hayais coincidido en vuestra elección, sino que en situaciones muy diferentes has vuelto a detenerte en el mismo articulo. En ambos casos eras tu.
Los recuerdos siempre han sido pacientes. Han aprendido a esperar porque saben que detras de una pálabra, un aroma, una imagen, una melodia... sonará un silbato que les indique que deben volver a filas. Son soldados bien adiestrados que pueden permanecer en la trinchera durante dias... esperando la señal para iniciar el asalto.
A veces el miedo hace que alguno de esos soldados que permanecen a la espera salga abandone de tiempo el lugar... podría tratarse de un desertor o quizá un emisario que trae consigo noticias. Sea como fuere.... de uno en uno o todos conjuntamente llegarán. Tiempo al tiempo.
Yo creo que los recuerdos la ilusion asi como los sueños y la esperanza son la nafata del motor al que llamamos vida, sin ellos no somos mas que objetos que permanecen estaticos sin ser mejores o peores hasta que nos llega la hora de partir, saludos
me gusto este blog .que enlaza otros
alfredo
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